A pesar del calor en Barcelona está multado sacar la silla a la calle (Fuente: Cesar Casella / Flickr)
1. Barcelona
La costumbre que tanta veces visto hacer a las abuelas de sacar la silla a la calle y charlar con las vecinas con el objetivo de combatir las altas temperaturas y pasar un rato divertido, está en extinción. Por un lado, por el cambio de la fisonomía de las ciudades y por otro, a través de la aprobación de ordenanzas que restringen esta práctica estableciendo, incluso, multas a quienes las incumplan. Es el caso de Barcelona donde “la instalación de elementos estables en el espacio público” –en referencia a las tradicionales sillas para tomar la fresca- puede conllevar un pago de 500 euros.
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