12 diferencias entre un amigo normal y un amigo italiano
Todos conocemos a alguien con un amigo italiano y, ya te habrás dado cuenta, no son como los demás. Los italianos son un pueblo divertido y amigo de los españoles, pero es evidente que son diferentes del resto de personas que uno conoce.
Para analizar esas diferencias, te presentamos esta sencilla guía, así lo tendrás todo más claro… ¡No digas luego que no lo sabías!
1. Un amigo italiano siente pasión por la comida
A los españoles nos gusta sentarnos a una buena mesa, pero estamos lejos de la pasión de los transalpinos, ¡y no todo es pasta o pizza!
2. Un amigo italiano siempre está de buen humor
Los italianos no se ponen tristes ni escuchando discos viejos de Romina y Albano.
3. Un amigo italiano puede estar charlando durante horas
A los españoles nos gusta un poco de conversación, pero ellos nos ganan en resistencia y cantidad de temáticas…
4. Un amigo italiano siempre quiere estar en la calle
Preguntará dónde tomarse un helado, luego dónde comer, luego dónde tomar café, luego dónde salir de marcha y así hasta la noche, todo el rato por ahí…
5. Un amigo italiano te considerará de su familia desde el primer día
Su familia es lo más importante, sobre todo, su mamma, pero si eres de los suyos, lo serás para siempre.
6. Un amigo italiano conduce como en Italia
Los semáforos y las señales son orientativos, agárrate fuerte.
7. Un amigo italiano siempre querrá conocer chicas
O sea, como tú pero ligando de verdad.
8. Un amigo italiano es “muy simpático” a ojos de tus amigas
Hace los mismos chistes que tú, pero a ellas les hacen más gracia, cuidado.
9. Un amigo italiano llega cuando llega
“Bueno, ya estoy aquí, ¿qué más da que quedáramos hace una hora?”
10. Un amigo italiano no necesita hacer planes
Te plantas en su casa y todo le parece bien.
11. Un amigo italiano no va a la moda, es la moda
A los italianos les encantan ir de compras y estar siempre a la última, a su lado, serás siempre un “homeless”.
12. Un amigo italiano no gesticula, es así
No es que haga kárate mientras habla, tranquilo.
Y, por último, un amigo italiano es un tesoro, ¡consérvalo!
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