Kowloon, el milagro de la ciudad sin sol

Kowloon, es la ciudad amurallada china, construida como un fuerte en el siglo X.

Kowloon se convirtió en una ciudad sin luz y sin aire al terminar la II Guerra Mundial. Ocupada por Japón durante la guerra, su ejército destruyó la muralla. Al terminar la guerra el gobierno chino quiso ocuparla, pero los habitantes de Hong Kong propiciaron unos disturbios que llevaron a su ocupación. Construyeron 500 viviendas de madera.

Kowloon. Foto: Duncan (Flickr)

En 1950 los 2.000 habitantes se convirtieron en 17.000, y las 500 viviendas se convirtieron en 2.500 chabolas. Quizás la situación no fuera preocupante sino fuera porque la densidad de población alcanzó los 650.000 habitantes/Km². Kowloon medía 2,65 hectáreas, o lo que es lo mismo unos 26.000 metros cuadrados, es decir, lo que ocuparían el césped de cinco campos de fútbol.

La situación siguió empeorando hasta que en 1950 la ciudad sufrió un incendio. Entonces, los edificios empezaron a construirse literalmente, uno encima de otro, en hormigón y cemento. A comienzos de los 80, en Kowloon vivían 33.000 almas, siendo en 1983 la densidad por kilómetro cuadrado de 1.270.000 habitantes/Km2. Lo inevitable tenía que llegar, se convirtió en un refugio para el juego, la prostitución y el tráfico de drogas. Kowloon era una ciudad sin ley. Incluso acabo convirtiéndose en el paraíso de los dentistas piratas.

Kowloon, la ciudad amurallada, antes de convertirse en un parque. iSotck

1987 fue el año del inicio del milagro. La situación era insostenible, era una vergüenza para China y para Reino Unido. Las autoridades de Hong Kong dedicaron 350 millones de dólares para realojar a sus habitantes, que no se hizo efectivo hasta 1991/92 cuando se hizo forzados.

Parque de la Ciudad Amurallada de Kowloon. iStock

1993 se decido a derribar todos los rascacielos que se habían construido en tres décadas y hoy la Ciudad Amurallada de Kowloon no existe, en sus terrenos se levanta el Parque de la Ciudad Amurallada de Kowloon. Un espacio verde, tranquilo y lleno de sol, donde los flamencos campan a sus anchas para disfrute de los habitantes de Hong Kong y de los miles de turistas que anualmente visitan la ciudad.