Sky Pool del Dear Hotel (Dear Hotel, Facebook)
Las necesitamos. El verano es duro en la gran ciudad. El asfalto quema demasiado y hay que poner distancia. Qué mejor que coger el ascensor y apretar el botón de las alturas. Son piscinas bonitas, de diseño, elegantes y exclusivas, la mayoría no muy grandes, pero todas imprescindibles si el viaje pide cloro y ducha. Y, claro, todas miran a la ciudad por encima del hombre. Esta es nuestra selección particular de piscinas en azoteas.
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La Gran Vía se ve distinta desde tan alto. Con este hotel tan chic diseñado por Sandra Tarruella en un estilizado edificio de 1945 empezó la nueva cara de Plaza de España. No hay duda respecto a su mejor gancho: las vistas de rascacielos, 365 grados desde una azotea que culmina con una sky pool que parece ornamental, pero que da mucho juego cuando el sol queda demasiado cerca y parece derretir nuestra mollera de huésped afortunado. Porque sí, el baño queda reservado a las personas alojadas en el hotel.
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El verano de Sevilla aprieta como pocos. Pero no ahoga si se disfruta de unos largos en esta encantadora pileta de contorno enmaderado de un hotel céntrico que, en un palacete del siglo XIX, fue reformado por la firma Cruz y Ortiz Arquitectos. El hotel está dando mucho de qué hablar. Y es que esta piscina ya no es un secreto.
3. NH Collection Barcelona Gran Hotel Calderón, Barcelona
Reinaugurado en 2016, el decano de los hoteles NH puede presumir de las mejores vistas de la Ciudad Condal. Y eso es mucho decir, pero es que ningún otro hotel goza de ubicación más céntrica para tener casi a la misma distancia el mar, la Sagrada Familia o el Tibidabo. Se ve todo desde la azotea, con su piscina encaramada a lo más alto, tranquila y orientada a la contemplación del horizonte. Sí, eso del fondo es el Mediterráneo.
Málaga no para de cambiar y este hotel luce su mejor perfil en cuanto se inaugura la temporada de terraza y piscina. Frente a otro clásico piscinero como es el hotel Molina Lario, además. Desde arriba, la terraza da vértigo y la ciudad parece no tener secretos. La catedral, La Malagueta, la Alcazaba, el Castillo de Gibralfaro… ¡Menudo baño despejado!
Piscina de campeonato. Única en su especie. Ninguna otra, ni en Madrid ni en otra localidad, se parece a esta maravilla azul convertida en atracción kitsch sin salir de la Gran Vía. El hotel sigue rindiendo pleitesia al clasicismo, mientras su terraza, redecorada por Nacho García de Vinuesa, se entrega al moderneo más evanescente. Esto sí es un al agua, patos.
6. Grand Hotel Central, Barcelona
De cabeza al skyline de Barcelona. El solárium más envidiable de la ciudad, una pulcra plataforma enmaderada junto a la terraza de copas del hotel, es el minimalista encaje de una lámina exquisita de agua clorada que no puede ser más fotogénica. No, no hay piscina más hermosa en Barcelona.
Algunos podrán pensar que a Valencia le faltan azoteas y piscinas que las respalden. Bueno, para eso está este hotelito moderno y funcional que no desaprovecha la oportunidad de ganar adeptos para la causa piscinera. Es pequeñita, pero matona.
8. Gran Meliá Palacio de los Duques, Madrid
Con pocas temporadas de vida, este hotel es una de las últimas grandes sensaciones hoteleras de Madrid. Que ya es decir. De pies a cabeza. Justo ahí, coronando el edificio, una piscina con vistas de impresión demuestra que en el barrio de los Austrias, entre tejados y más tejados apretados, cabe una buena piscina con la que refrescarse cuerpo y alma.
Elegante, artística, exclusiva, preciosa. En pleno Paseo de Gracia, en lo alto de un símbolo de excelencia hotelera como este hotel lleva demostrando ser desde 1918. A un lado, un mural de Philip Stanton. También, una terraza de picoteo delicioso. Al otro, vistas de locura. Pero la verdadera protagonista siempre es la misma: la piscina, de donde no queremos salir ni de noche.
Hay que dar más bola a esta piscina de dimensiones generosas que parece desbordarse sobre la caldeada ciudad califal. En la Manzana de Oro de Córdoba, una auténtica piscina panorámica para nadar y soñar.
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