7 fotos que te enamorarán de las Islas Cíes

Cercanas y remotas a un tiempo, las Islas Cíes son el paraíso exótico más próximo a a la Península Ibérica: justo en la salida de la ría de Vigo (Pontevedra). Playas que parecen vírgenes, naturaleza que parece intacta –forman parte del parque nacional Illas Atlánticas desde 2002–, aguas que parecen caribeñas (salvo por la temperatura, ¡ay!) y paisajes que evocan, más que al litoral gallego, a un islote perdido en medio del Pacífico sur y repleto de dinosaurios.

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Siete imágenes que te enamorarán, con argumentos, de este idílico archipiélago gallego.

 

1. Los paisajes

Posiblemente, el mejor patrimonio de las Cíes. Dunas, playas, fondos marinos con más de 200 especies de algas y bosques interiores. Los paisajes de las islas cautivan por su variedad y espectacularidad, especialmente cuando el visitante se asoma a sus escarpados acantilados.

 

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2. El silencio

Trufadas de pequeñas calas para disfrutar en soledad (o en familia), las islas Cíes garantizan la desconexión total: silencio absoluto, exceptuando el eterno, hipnótico y relajante batir de la marea.

 

 

3. El agua

La gama cromática del agua nos transportará, directamente, a las playas más idílicas que seamos capaces de imaginar. Pulcra y transparente en la orilla y de azul intenso en el horizonte, recorriendo una gama de verdes y turquesas que parecen de otro hemisferio.

 

 

4. Los atardeceres

Una estampa irrenunciable en el archipiélago gallego. En las Cíes, los atardeceres son, literalmente, de otra dimensión (y sin photoshop).

 

 

5. La soledad

En función de la época del año, así podrás encontrarte en las Islas Cíes: más solo (y perdido) que los protagonistas de Lost. Forman parte del parque nacional Illas Atlánticas desde 2002, las Cíes solo se admiten 2.200 visitantes cada día, por lo que, aunque no nos encontremos perdido en el Pacífico Sur, la soledad está casi garantizada.

 

 

6. Las playas

Para el surf, para el nudismo, para el amor o para olvidarse de todo (y de todos). Las nueve playas de las Cíes –naturistas, recogidas o solo accesibles en barco privado– invitan a todo. También al baño, claro, aunque incluso el verano la temperatura del agua –esto es el Atlántico, amigos– no invite a largos chapuzones.

 

 

7. La compañía

22.000 parejas de gaviotas patiamarillas –la mayor colonia del mundo– conforman la especie más numerosa de la isla, aunque también podamos llegar a avistar cormoranes, alcatraces, tórtolas o pájaros carpinteros. El tránsito migratorio es intenso en las islas, que cuenta con dos observatorios ornitológicos (Alto da Campá y Faro do Peito).

 


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Jordi Pastor

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