Del smartphone al álbum
«Recordar es volver a vivir», asegura un dicho popular. Nos encanta tomar instantáneas, que pasado un tiempo, nos ayuden a recordar esos momentos felices. Aun en la era digital, no hay mejor formato para hacerlo que un álbum físico. Algo que podemos tocar y sentir.
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¿Recuerdas esos viejos álbumes familiares plagados de recuerdos? Con desgastadas fotos de la abuela el día de su primera comunión o de papá en su primer día de colegio, siempre ocuparon un lugar capital entre las posesiones de cualquier familia. Porque siempre era una alegría y, en muchas ocasiones una sorpresa, regresar a él. Estos han actuado durante mucho tiempo como guardianes de nuestra memoria. Y nuestra memoria es un bien absolutamente preciado, un legado que transmitir a las nuevas generaciones y una seña de identidad que nos asienta y define.
Podemos ojear fotografías en nuestro teléfono u ordenador, es cierto. Pero, convengamos en que las sensaciones son muy distintas a las que proporciona el poder sostener en la mano ese objeto físico en los cuales han sido plasmadas unas imágenes. Esto es parte de nuestra naturaleza y del modo en el cual los humanos sentimos y nos relacionamos con el mundo. Además, a día de hoy es muy sencillo crear álbumes de fotos desde el ordenador o el móvil.
Y que gozan de calidades muy superiores. Lo cierto es que, al trasladar la imagen digital a un soporte, las posibilidades son enormes. Ya no se trata de andar pegando fotos a la página, sino de crear el mismo álbum con tus imágenes.
¿Quieres hacer un collage con fotos de todos tus sobrinos en tal página? No solo puedes hacerlo, sino que puedes escoger los tamaños y dotarlas de un estilo vintage. ¿Quieres que esa instantánea con tu bebé se vea a doble página? Pues se hará sin problema y con total solución de continuidad.
No se trata de un álbum en el que pegas fotos, sino de un álbum construido a base de tus propias fotos. El formato podrá llevar en tamaño cuadrado, apaisado o vertical, para que quepa perfectamente en tu librería. Otras opciones, respecto a los acabados, pasan por el color de la encuadernación, si esta es blanda o acolchada…
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Simplemente, se trata de navegar por la web e ir decidiendo cada nuevo paso del proceso. Lo cual, por otra parte, te deja tiempo para reflexionar y tomar la mejor decisión (además de para comparar con total calma posibilidades y precios). Por último, cuentas con la más que interesante opción de leer las opiniones de quienes han construido sus álbumes antes que tú y aprovechar su experiencia.
Otra cosa; imagina que quieres hacer una colección. Por ejemplo, álbumes en azul para tus viajes, álbumes en acabado brillante para tus eventos familiares, álbumes en blanco para los recuerdos con tu pareja… Y luego colocarlos todos en un mismo lugar, bien ordenados y fácilmente identificables.
El número de páginas será, sencillamente, aquel que necesites. Puedes montar el álbum, sin dejar espacios en blanco, logrando una agradable sensación de coherencia y plenitud que antes, en muchas ocasiones, no se conseguía.
Piensa en que este tiende a ser un estupendo regalo. ¿Qué mejor manera de mostrar cariño que un modo de revisitar los momentos compartidos?
Guarda tus recuerdos en un formato que realmente te represente. Y deja a un lado ese temor a que, el día más pintado, el dispositivo se estropee y te quedes sin ellas.
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