Entra a su habitación de hotel y se indigna: «Que alguien me explique qué está pasando»

Irse unos días de escapada y alojarse en un una habitación de hotel se ha convertido en una de las formas favoritas para desconectar de la rutina. Ya sea en pareja, con amigos o en familia, todo el mundo espera que la estancia sea cómoda y que, sobre todo, aporte ese punto de tranquilidad y desconexión que no siempre se encuentra en casa. Pero, ¿qué ocurre cuando la intimidad brilla por su ausencia?

Esto es lo que le ha sucedido a Gonzalo Sans (@gonzalo_sans), un conocido creador de contenido de viajes, quien ha compartido su experiencia en redes sociales tras encontrarse con un estilo de habitación de hotel que cada vez está más de moda. El problema no era la limpieza ni la ubicación del hotel, sino algo mucho más inesperado y cada vez más habitual.

El motivo de su indignación

Según relataba Gonzalo a sus seguidores, todo parecía perfecto hasta que descubrió que el baño de su habitación tenía una pared de cristal y puertas semitransparentes. Sí, has leído bien: desde la cama se podía ver directamente a quien estuviera dentro del baño.

Para muchos, este tipo de diseño es simplemente incomprensible. «Tú ves esta habitación, está perfecta, buena ubicación, buen hotel… y de repente te das cuenta de que el baño tiene una pared», contaba el tiktoker, visiblemente sorprendido. Y es que la tendencia de los baños integrados en la habitación, con puertas translúcidas o incluso sin separación física, cada vez está más extendida en hoteles de reciente apertura.

@gonzalo_sans 🚽 con vistas… #hotel #viaje ♬ sonido original – Gonzalo Sans

¿Por qué los hoteles apuestan por estos diseños?

Algunos expertos en interiorismo hotelero apuntan que este tipo de baños abiertos busca dar una sensación de mayor amplitud, aprovechando la luz y haciendo que la estancia parezca más moderna y espaciosa. Sin embargo, para la mayoría de huéspedes, la experiencia puede resultar incómoda. Como decía Gonzalo: «No hay ninguna intimidad. Es como muy raro».

La situación se complica aún más cuando se comparte habitación con alguien con quien no se tiene una confianza absoluta. Incluso en pareja, muchos prefieren tener su momento de privacidad para ducharse o ir al baño sin sentirse observados.

Las quejas de los usuarios no se han hecho esperar

El vídeo de Gonzalo se ha hecho viral y ha generado una oleada de comentarios en redes sociales. «Llevo mil años casada, os podéis imaginar que nos hemos visto de todas las formas posibles y no es una cuestión de confianza, es que a mí me gusta cagar tranquila sin que me vea nadie«, comentaba una usuaria. Otros señalaban el problema de las luces: «Para mí, lo más incómodo es que si uno de los dos quiere ir al baño, no puedes encender la luz, porque despiertas al otro«.

La importancia de la intimidad en el alojamiento

Está claro que el diseño es importante, pero no puede estar por encima de la comodidad y la privacidad del huésped. Para la mayoría, el baño es uno de los espacios más personales y, aunque se apueste por la modernidad, no se entiende que se sacrifique la intimidad en favor de la estética.

Muchos clientes aprecian una habitación bonita, pero lo que realmente valoran es poder relajarse de verdad, sin sentirse observados. Y no es solo cuestión de pudor: también influye el olor, el ruido y la tranquilidad de saber que tienes un espacio propio.

¿Deberían los hoteles repensar estos conceptos?

La tendencia de los baños integrados en la habitación parece haber llegado para quedarse, al menos en ciertos hoteles que buscan destacar por su diseño innovador. Sin embargo, ante las quejas de los clientes, quizás sea el momento de replantearse hasta qué punto merece la pena apostar por la estética a costa del bienestar de los huéspedes.

Al final, la experiencia de alojarse en un hotel debería centrarse en el descanso y la comodidad. Si la gente empieza a sentirse incómoda, lo más probable es que opten por otros alojamientos donde la privacidad esté garantizada.

¿Te has encontrado con un baño así en algún hotel?

La experiencia de Gonzalo Sans ha puesto sobre la mesa un debate que cada vez es más común entre viajeros. Si alguna vez te has alojado en un hotel con este tipo de «baños abiertos», seguro que tienes alguna anécdota que contar. ¿Te sentiste incómodo o prefieres este tipo de diseños modernos?

Sea como sea, lo cierto es que la intimidad sigue siendo fundamental para la mayoría de los huéspedes. Quizás los hoteles deberían escuchar un poco más a sus clientes antes de apostar por tendencias que no convencen a todos.
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