Bueno pues… ya no te queda nada por ver. Has caminado todo el día con tu guía en la mano y has visitado todos los monumentos, museos y estatuas de la ciudad… ¿y ahora, qué?
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Los viajeros experimentados saben que para conocer una ciudad hay que sentir su pulso, mezclarse con la gente, ir a barrios que no sean turísticos, comer en bares de las afueras…
Para conocer de verdad una ciudad lo mejor es que dejes un día la guía en el hotel y te acerque a algún bar a charlar un poco con el camarero, te explicamos por qué merece la pena hacerlo:
Seguro que en tu guía no viene ese pequeño mercadillo al que cada vez va más gente o ese nuevo festival que te estás perdiendo en la ciudad.

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Tanto si viajas solo como si vas con amigos, siempre es buena idea conocer a otras personas y ¿quién mejor para presentarte gente a la que le apetece salir que un camarero?
¿No lo sabías? Muchos profesionales de la hostelería suelen tomarse “la última” al acabar su turno y se saben los mejores sitios de copas… ¡son profesionales!
Generalmente los camareros son de la localidad donde trabajan y es habitual que sepan recomendarte los barrios más interesantes o los rincones que no vienen en los folletos de Turismo.
Una característica de un buen barman es saber escuchar. Sobre todo en las zonas turísticas, los camareros estarán habituados a hablar con clientes de todo el mundo y recoger sus experiencias. Quizá esa exposición que tienes tantas ganas de visitar no sea tan interesante, según dicen…
Su experiencia a la hora de moverse por la ciudad hará que puedan aconsejarte sobre cómo llegar a tu destino de la mejor manera o si hay problemas con algún tipo de transporte…
Quizá te ha pasado alguna vez: quieres descubrir de verdad una ciudad nueva, así que empiezas a andar y a andar y de repente observas miradas de desaprobación y personajes sospechosos… “¿Pero dónde me he metido?”. Más vale que sepas las zonas que no te convienen.
¿Es normal que una anciana me invite a comer? ¿Es obligatorio regatear? ¿Cuánta propina hay que dejar a un taxista? La forma de ser de una ciudad forma parte del viaje y los camareros conocen cómo son los habitantes de su ciudad.
Y, por último, los camareros se las saben todas… Si siempre te has limitado a pagar la cuenta y salir corriendo con tu guía, más vale que reconsideres tus viejas costumbres y te abras a charlar un poco con quién te puede aconsejar de verdad en tu viaje.
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