Que hacer y ver en Jordaan, el barrio cool de Ámsterdam

A Ámsterdam le hacen buenos unos cuantos tópicos, agradables, sobre todo para los viajeros. Es una ciudad compacta, coqueta, que se disfruta en distancias cortas: todo está a un tiro de piedra y, si no, hay dos alternativas de transporte tan eficientes como disfrutables: los tranvías y las bicicletas. Y aunque la ciudad sea conocida sobre todo por sus canales, por su liberalidad -ejemplificada en el Barrio Rojo y en los coffee shops– son sus barrios lo que le dan el carácter. Y de todos ellos, el más conocido y famoso, incluso fuera de Holanda, es el de Jordaan. El barrio de los artistas, de los hofjes -patios interiores que casitas restauradas-: el barrio bohemio más interesante de Ámsterdam donde hay mucho qué hacer y ver.

Este barrio característico de la zona de los canales de Ámsterdam está serpenteado por numerosas callejuelas en las que se esconden tiendas a la última, modernos restaurantes y cafeterías tradicionales. La música siempre ha desempeñado un papel destacado en el Jordaan y algunos de los mejores cantantes de esta zona han sido reconocidos con una estatua en el Brouwersgracht. Otro monumento destacable del barrio, y que dice mucho de ese carácter liberal y abierto de la ciudad, es el Homomonument, que recuerda a todos los que han sido sujetos a persecuciones por su condición sexual. El monumento fue inaugurado en 1987 y tiene la forma de tres grandes triángulos rosas realizados en granito, colocados en en suelo formando los vértices de un triángulo mayor en la orilla del canal Keizersgracht, cerca de la histórica iglesia de Westerkerk, construida en el siglo XVII y que es la más grande de todo el país: su campanario, con 85 metros de altura, es una de los monumentos más queridos por los habitantes de la ciudad -no te encontrarás con uno que no haya subido: y tú haz lo mismo si te quieres traer de vuelta de tu viaje unas impresionantes vistas de Ámsterdam. La entrada a la iglesia es gratuita, pero si quieres subir a la torre, tienes que hacerlo en una visita guiada que cuesta 7€. De junio a septiembre, hay visitas guiadas al campanario todos los días excepto los domingos, a partir de las 10h y cada media hora hasta las 19h30. En octubre, tienen lugar de lunes a sábados y de 11h a 15h30.

Otro lugar capital en el mapa del barrio es la casa museo de Anna Frank (Prinsengracht 263-267). Uno de los lugares con mayor carga emotica del mundo, fue el hogar de la niña Ana Frank y de su familia, que se ocultaron durante dos años y medio de los nazis durante la ocupación de la ciudad en la II Guerra Mundial, hasta que fueron delatados, en los cuartos ocultos al fondo del edificio. Hoy se puede visitar el escondite y una exposición permanente sobre la vida y tiempos de Ana Frank. El museo abre todos los días de 9h a 21h (en julio y agosto, hasta las 22h). Las entradas cuestan 9€ (niños de 10 a 17 años: 4,50€; niños hasta 9 años: gratis)

Decir Jordaan es, sobre todo, decir arte: siempre ha sido el lugar en el que los artistas -o aspirantes a artistas- querían vivir, tanto ahora mismo, como hace siglos. Hay docenas de galerías, de talleres, de salas de exposiciones… Y hay un nombre que destaca por encima de todos los vecinos: Rembrandt, que vivió -su casa estaba en el Rozengracht (el canal de las Rosas)-, pintó -su estudio, en el Bloemgracht (el canal de las Rosas)-, y fue enterrado en el barrio -en la Westerkerk (West church).

¿Shopping? Estás de suerte: en en barrio late el corazón comercial de la ciudad: las Nueve Calles, De Negen Straatjes, una zona de callecitas repletas de tiendas con encanto delimitada por Rozengracht, Leidsestraat, Prinsengracht y Singel. Si lo tuyo son los centros comerciales al uso, date una vuelta por el estupendo Magna Plaza, en la Nieuwezijds Voorburgwal; y si lo que prefieres es ir de mercadillos, los sábados se celebra el Noordermarkt, un mercado fabuloso. Acaba el día tomándote una copa en una de las cafeterías tradicionales del barrio y pide que te pongan música típica del Jordaan.

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