Es el verano discotequero la temporada alta de la escena clubber. Las principales capitales del movimiento nocturno ven cómo sus templos dance intensifican su programa y dan lo mejor de sí mismas. Las hay normalitas y las hay catedralicias, imponentes y tentadoras como rutilantes escenarios en los que dejarse llevar hasta el amanecer, y más allá. En la playa o en interior, con terraza o con pistas de baile, las discotecas más cool para el verano español. Tienes una cita. O diez.
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Desde que fuera inaugurado hace pocas temporadas, el hotel más deseado de la nueva Ibiza clubber resulta perfecto para no tener ni que desplazarse entre fiesta y fiesta. Las impresionantes (macro)sesiones en la piscina conquistan a la masa hedonista. Alta densidad de celebrities internacionales por metro cuadrado.
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No hace falta acudir a la disco playera para saciar las ganas de mover el esqueleto. Esta sala -bueno, cinco en realidad- es un gran clásico de la noche barcelonesa. Al más puro estilo Manchester, una vieja fábrica del Poble Nou ofrece diferentes escenas musicales para oídos exigentes. Lo indie también es cool.
Más que una disco al uso, estamos ante una de las terrazas más polivalentes y atractivas del país. Poco sencillita, el despliegue de colores y vegetación encaja a la perfección en el entorno de la Ciudad de las Artes y las Ciencias.
Pasa por ser la discoteca trasatlántica más respetada gracias a su excelente situación a pie de arena de playa, a sus sesiones electrónicas o funkies y a su intensísima agenda de conciertos.
Para muchos, acudir a la llamada del techno en una ciudad no muy glamourosa de Huesca no tendrá mucha gracia, pero es que se trata de un referente de la escena clubber y a él llegan los fieles en peregrinación. En verano, lejos de interrumpirse, la discoteca vibra más si cabe.
La grandiosidad de la que es la discoteca récord Guinness, con capacidad para unas 10.000 personas, da para todo tipo de fiestones y puestas en escenas de fantasía. Su sala principal tiene el tamaño de un hangar aeronáutico, piscina incluida. Aquí tienen lugar citas tan célebres como A State of Trance, con el dj Armin Van Buuren, o Supermartxé.
Casualidad o no, Armin Van Buuren también pincha en este local fundamental de la noche catalana más pintona. El emplazamiento, bajo el hotel Arts y frente a la playa de la Barceloneta, no puede ser mejor. Además de su estupendo club, con djs residentes, internacionales y agenda festivalera, cuenta con un restaurante.
Como discoteca posh no tiene precio, una de las más solicitadas de la capital. En las antípodas del Fabrik, aquí se viene más a lucir palmito que a llenar la pista de baile, algo que queda para el populacho. La gente guapa se limita a atrincherarse en sus reservados VIP.
Su merecida fama está ganada a pulso gracias a su carácter underground y a fiestas como Circoloco, el evento techno -pero underground, y en lunes- más importante de la isla. Los que viven su espíritu lo hacen de verdad, por su compromiso con la música. Además, sus precios son moderados para lo que se estila en Ibiza.
La capital de la Costa del Sol es epicentro de salas y clubs para ver y ser vistos. El que fuera Dreamers y Sleek se reinventa este verano bajo el nombre de Roberto Cavalli para dar más empaque a su lounge, como ya lo ha hecho en Dubai, Milán, Miami e Ibiza. Zonas VIP, cócteles caros, sesiones internacionales y mucho petardeo. That’s Puerto Banús!
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