Hotel sin paredes (Web de Art Safiental)
Algo de abstracción debe tener la idea de hotel para haber sido escogido como objeto de múltiples conceptualizaciones artísticas. Esa idea de una cama fuera de contexto, más lo que la hospitalidad puede verse retorcida desde el punto de vista experimental, hace que hayamos conocido instalaciones “hoteleras” fuera de lo común, radicales en su planteamiento, más filosóficas que funcionales. El Null Stern Hotel es el penúltimo ejemplo de esta categoría de hoteles inopinados, un ejemplo en el que dormir bajo las estrellas.
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En el valle de Safien, a 1.970 metros de Alpes suizos, los hermanos Riklin decidieron plantar una cama algo más que aislada en mitad de la naturaleza. Se trata de un hotel porque implica pernocta a través de un convencional sistema de reservas desde correo electrónico o desde la página web de la oficina de turismo Safiental. Pero no es un hotel al uso, no ya por el hecho de contar con una única (no)habitación sino porque esa estancia, a pesar de su escueto acotamiento de diseño homologable, no tiene ni techo ni paredes. Imposible colgar el cartel de “No molestar”.
Esta pareja de hermanos helvéticos ya había dado la nota con un hotel homónimo que consistía en una desapacible y claustrofóbica habitación dentro de un búnker. La temporada pasada se desmarcaron con la propuesta contraria: un hotel libre como el viento y sin límites espaciales, aunque sólo apto para la temporada estival, que al fin y al cabo esto es alta montaña suiza y la rasca de dormir a la intemperie no siempre se combate con un mero edredón.
Para no renunciar a parte de la sensación hospitalaria de todo hotel, las parejas que decidan dormir bajo las estrellas, al raso pero sobre una mullida cama de hotel, con sus mesillas de noche y sus lamparitas de lectura, reciben cada mañana la compañía de un mayordomo que les trae un desayuno de viandas locales. Quién sabe, igual hasta un día aparece Heidi retozando por la pradera. Este verano las reservas están completas, queda esperar al año que viene para no pagar menos de 250 euros por una habitación que no necesita ser ventilada.
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