Descubre Transilvania en 7 días con una ruta en coche, visitando el Castillo de Drácula y los lugares más emblemáticos..
¿Te apetece una aventura diferente y llena de leyendas? Viajar a Transilvania durante una semana es la mejor manera de descubrir castillos, pueblos medievales y paisajes de cuento. Si además te animas a recorrer la región en coche, tendrás la libertad de marcar tu propio ritmo y disfrutar de uno de los destinos más sorprendentes de Europa del Este. Aquí te proponemos una ruta en coche de 7 días por Transilvania con todo lo imprescindible, incluido el mítico Castillo de Drácula.
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Antes de lanzarte a la carretera, conviene tener en cuenta algunos detalles prácticos. El aeropuerto más habitual para comenzar la ruta suele ser el de Bucarest, aunque también puedes volar a Cluj-Napoca o Sibiu, dos ciudades con encanto y bien comunicadas. Para recorrer Transilvania lo más cómodo es alquilar un coche, ya que el transporte público no llega a todos los lugares interesantes. Las carreteras son generalmente buenas, pero recuerda que en las zonas rurales pueden ser más estrechas y con curvas.
En cuanto a la mejor época para viajar, la primavera y el otoño son ideales por las temperaturas agradables y la menor afluencia de turistas. Lleva ropa cómoda y algo de abrigo, sobre todo si vas a visitar castillos o pueblos a cierta altitud.
Lo ideal es salir temprano de Bucarest rumbo a las montañas de los Cárpatos. La primera parada imprescindible es Sinaia, famosa por su entorno natural y, sobre todo, por el Castillo de Peleș. Esta joya arquitectónica parece sacada de un cuento y fue residencia de la familia real rumana. Aprovecha para dar un paseo por el bosque y probar alguna especialidad local en el centro del pueblo.
El segundo día toca uno de los platos fuertes del viaje: el Castillo de Bran. Este icónico castillo se asocia popularmente con la leyenda de Drácula, aunque su vínculo histórico con Vlad el Empalador es más bien anecdótico. No obstante, su silueta imponente y sus muros medievales no dejan indiferente a nadie. La visita guiada merece la pena para conocer su historia y las curiosidades sobre el mito de Drácula. Después, puedes recorrer el pequeño mercado de artesanía que hay junto al castillo.
A menos de 40 minutos en coche de Bran se encuentra Brasov, una de las ciudades más bonitas de Rumanía. Su casco antiguo está lleno de calles empedradas, plazas animadas y fachadas coloridas. No dejes de pasear por la Plaza del Consejo, entrar en la imponente Iglesia Negra y subir al mirador del monte Tampa para disfrutar de unas vistas espectaculares. La gastronomía local, con sus sopas y guisos, es perfecta para reponer fuerzas.
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La siguiente parada en la ruta es Sighisoara, una ciudad medieval declarada Patrimonio de la Humanidad. Sus torres, murallas y casas de colores te transportarán a otra época. Es famosa por ser el lugar de nacimiento de Vlad Tepes, el personaje real que inspiró el mito de Drácula. Sube a la Torre del Reloj, pasea por el Bastión de los Sastres y disfruta del ambiente tranquilo de sus calles.
Transilvania está salpicada de iglesias fortificadas, construidas por las comunidades sajonas para protegerse de las invasiones. La de Biertan es una de las mejor conservadas y merece una visita. El pueblo es pequeño y encantador, ideal para una parada tranquila. Si te sobra tiempo, puedes acercarte a otras iglesias de la zona, como las de Viscri o Prejmer.
El sexto día está reservado para Sibiu, una de las ciudades más animadas y culturales de Transilvania. Su centro histórico está repleto de plazas, terrazas y edificios de estilo germánico. Visita la Plaza Mayor, la Catedral Evangélica y cruza el Puente de las Mentiras, uno de los lugares más fotografiados de la ciudad. Sibiu es famosa por sus festivales y su ambiente joven, así que aprovecha para disfrutar de su vida nocturna.
En el último día de la ruta puedes desviarte hacia Alba Iulia, famosa por su ciudadela y su importancia en la historia de Rumanía. Pasea por sus murallas y descubre la Catedral de la Reunificación. Desde aquí puedes regresar a Bucarest o, si tu vuelo sale desde otro aeropuerto, ajustar el itinerario según tus necesidades.
Conducir por Transilvania es seguro y sencillo, aunque conviene tener paciencia en las zonas de montaña y los pueblos pequeños, donde puedes encontrarte con carros tirados por caballos o animales cruzando la carretera. El aparcamiento suele ser fácil y económico fuera de las grandes ciudades. Lleva siempre el depósito lleno en las zonas rurales y consulta el estado de las carreteras si viajas en invierno.
Transilvania es un destino que sorprende por su autenticidad, sus paisajes y su mezcla de culturas. Recorrerla en coche durante una semana te permitirá descubrir mucho más que el famoso Castillo de Drácula: pueblos suspendidos en el tiempo, castillos de leyenda y una gastronomía deliciosa te esperan en cada parada. Sin duda, una experiencia inolvidable para cualquier viajero curioso.
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