Un escocés que vive en España, confiesa lo que más odia del Metro de Madrid (Adobe Stock)
Madrid tiene algo especial que conquista a quienes la visitan o deciden mudarse allí. Pasear por sus calles y viajar en el Metro de Madrid es descubrir la historia de la ciudad.
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Uno de los grandes puntos fuertes es su oferta cultural. Los museos como el Prado, el Reina Sofía o el Thyssen son reconocidos internacionalmente. Además, la gastronomía madrileña es una auténtica delicia para los paladares más exigentes, y lugares como el parque del Retiro ofrecen un respiro verde en medio de la ciudad.
Para muchos recién llegados, uno de los aspectos que más llaman la atención de Madrid es su transporte público. El Metro de Madrid está considerado entre los mejores de Europa, tanto por su extensión como por su eficiencia. Es la opción preferida para moverse rápido y barato por la ciudad, conectando barrios y facilitando la vida diaria de millones de personas.
Este sistema de transporte ha sido tema de conversación en redes sociales en numerosas ocasiones. En plataformas como TikTok, se han viralizado vídeos mostrando las diferencias culturales que se viven en el Metro, especialmente a ojos de quienes llegan de otros países.
Lucas, un joven escocés que lleva más de un año y medio viviendo en Madrid, se ha hecho popular en redes sociales por compartir su día a día en la ciudad. Desde su cuenta @lucaskjes en TikTok, suele hablar sobre gastronomía y curiosidades, pero en esta ocasión ha abordado un fenómeno que le ha sorprendido (y no para bien) durante sus trayectos en el metro madrileño.
@lucaskjes 🪄The curious case of the Madrid metro 🪄 Just thought I’d raise some awareness about this fascinating phenomenon and see if anybody else has noticed this. Any other fellow immune people out there???
♬ original sound – Lucas JPublicidad
En uno de sus vídeos más comentados, Lucas arranca con una pregunta irónica: «¿Por qué nadie está hablando de los misteriosos poderes que posee el Metro de Madrid?». Según cuenta, antes de entrar al vagón todo parece normal. Sin embargo, una vez dentro, ocurre algo que le resulta desconcertante: «El conocimiento de que existen auriculares desaparece y la gente empieza a poner vídeos o música en alto desde el móvil».
Lucas narra, entre bromas, que él sigue usando auriculares y no entiende cómo es posible que tanta gente olvide esta sencilla herramienta para no molestar a los demás. Incluso llega a preguntarse si tendrá algún tipo de inmunidad genética que le protege de ese olvido. Según relata, ha visto a otros viajeros que también siguen usando auriculares, pero le sorprende la cantidad de personas que no lo hacen.
El escocés no es el único que se ha percatado de este comportamiento. En los comentarios de su vídeo, varios usuarios confiesan haber vivido situaciones similares. Uno de ellos, residente en Londres, asegura que es algo que está ocurriendo en otras ciudades europeas también. Al parecer, poner el móvil en altavoz en espacios públicos no es algo que solo hacen algunas personas en España.
Lucas concluye su vídeo con un toque de humor, diciendo que solo quiere crear conciencia sobre este curioso hábito y deseando que pronto se encuentre una «cura». Muchos de sus seguidores aprovechan para pedir a la gente que utilice auriculares y así hacer el viaje más agradable para todos.
El Metro de Madrid es un reflejo de la ciudad: rápido, eficiente y lleno de vida. Sin embargo, la convivencia de tantas personas con hábitos y costumbres diferentes puede dar lugar a situaciones curiosas, como la que cuenta Lucas. Aunque para algunos puede pasar desapercibido, para quienes llegan de fuera resulta llamativo y, en ocasiones, molesto.
La realidad es que el uso de los auriculares no solo es una cuestión de educación, sino también de respeto hacia los demás viajeros. La mayoría prefiere disfrutar del trayecto en silencio o escuchando su propia música sin interferencias externas.
Este tipo de anécdotas contribuyen a que veamos nuestra ciudad desde otra perspectiva. Madrid sigue siendo una ciudad acogedora, llena de oportunidades y con un transporte público envidiable. Pero también es cierto que pequeños detalles, como el uso del móvil en el metro, pueden marcar la diferencia en la experiencia de quienes vienen de fuera.
Al final, lo que queda claro es que cada persona vive Madrid a su manera, con sus costumbres y sus pequeñas manías. Y, como bien demuestra Lucas, siempre hay espacio para el humor y la reflexión sobre cómo nos comportamos en el día a día.
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